ResumenA partir de 1940, la población aumentó y se concentró cada vez más en las ciudades.La reforma agraria perdió importancia. La demanda de materias primas y mercancías, que provocó la Segunda Guerra Mundial, favoreció la creación de industrias y un crecimiento económico sostenido que fue calificado como el "milagro mexicano". Comparado con otros países latinoamericanos, México logró mantener hasta 1970, estabilidad política y desarrollo económico. Pero si
bien la industria creció, no se invirtió en tecnología y maquinaria; el país continuó dependiendo de la importación de productos que se pagaban con la exportación de otros. La mayoría de las empresas dependían del financiamiento del gobierno, y éste de la inversión y préstamos del
extranjero; lo que volvió ineficiente y poco competitiva la industria nacional. Además, los beneficios del crecimiento impulsado por la industrialización se repartieron de manera desigual, lo que provocó continuas protestas y tensiones sociales, persistiendo diversos problemas, sobre todo los que se derivan de la desigualdad, la discriminación, la pobreza y la necesidad de garantizar el aprovechamiento adecuado de nuestros recursos naturales. Durante este periodo se gestó un régimen autoritario, fundado en el poder omnímodo del presidente en turno, el predominio corporativo de un partido de Estado (PRI), el control gubernamental sobre las organizaciones sociales; el uso discrecional del poder y de los recursos públicos; junto con la represión, la impunidad, la corrupción y el servilismo. El movimiento estudiantil y popular de 1968 marcó para México el quiebre del régimen que, en lugar de atender las demandas de los estudiantes, contestó con cerrazón y represión. A partir de 1970 el país entro en crisis. La escasa inversión en el campo provocó la importación de alimentos básicos y el gobierno solicitó préstamos que aumentaron la deuda externa. En los años ochenta, con la globalización, las naciones sacrificaron su soberanía para enfilarse por la senda que trazaban los organismos internacionales y reorientar al Estado hacia la privatización
que beneficiaría a grupos empresariales que se apoderaron de los bienes de la nación. El mercado, en lugar de la industria, se posicionó como motor del desarrollo y los discursos de igualdad, justicia social, bien común y estado de bienestar perdieron prestigio, mientras se fortalecía la idea
de un Estado mínimo y la búsqueda del provecho personal como motivación central de la vida.
Tabla de contenido- Presentación por Diego Prieto Hernández. - El siglo XX: progreso, desigualdad y lucha por la democracia por Carlos San Juan Victoria, (Texto original) y Ana María Prieto Hernández (Adaptación).